(“Después de una gran tormenta, siempre viene la calma”. De esta cruel y nefasta crisis económica se saldrá algún día. ¿cuándo y como ?, ya nos enteraremos. Seguro que heridos y tocados colectivamente, pero con la esperanza de una muy necesaria regeneración política y moral. Ojala aprendamos todos la lección.). Ignacio Moreno
Un año más vuelve a tener entre sus manos esta revista-resumen anual del curso del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz. Y, como en años anteriores, no ha sido fácil llegar hasta culminar esta publicación. No es costumbre del que suscribe acodarse en el pesimismo ni conformarse ante los acontecimientos. Es más, nunca he pensado que ese sea el camino para resolver nada y no sería apropiado de una entidad más que centenaria como es nuestro querido Ateneo.
Permítaseme recordar ciertos aspectos de este curso pasado antes de introducirles en el contenido de esta publicación. Este curso ha sido el del “día después del Bicentenario 1812-2012”. Para muchas entidades y ciudadanos, el 2012 ha sido lo que iba a ser y no fue. Desde el Ateneo, tras la experiencia vivida en el primer centenario (curso 1912) teníamos ya la intuición de ser otra ocasión de muchas promesas y desmesurados anhelos y expectativas imposibles de cumplir (antes del advenimiento de la crisis económica). Era evidente que se brindaba al sol en los años previos a la celebración. La falta de entendimiento de las fuerzas políticas (que siguen sin recordar que están para servir al ciudadano y no para actuar como corporaciones en busca de beneficios o réditos) y la posterior crisis aceleraron el desasosiego del 2012. En todo ese año, y a pesar de los iniciales errores, me voy a permitir felicitar al Excmo. Ayuntamiento de Cádiz, en la persona de su alcaldesa, Dña Teófila Martínez (Gaditana de Ley de este curso 2011/2012), por haber conseguido una celebración más que digna dentro de la catástrofe general de despropósitos e incumplimientos. El año 2012 sí va a pasar a la historia de Cádiz por la celebración de acontecimientos de los que la ciudad puede sentirse orgullosa, especialmente, la celebración de la Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos (única ocasión en que no se ha celebrado en una capital de Estado) y por haber acogido a todas las Altas Instituciones del Estado Español en algún momento u otro de la infinidad de actos celebrados. Por mucho que se empeñen los críticos, Cádiz ha obtenido una publicidad espléndida y ha podido demostrar su capacidad para acoger actos de magnitud internacional. En ese sentido, debemos sentirnos orgullosos todos los gaditanos.
Debemos de felicitar al Foro de Debate 2012 por su apuesta decidida por Cádiz y que hemos apoyado permanentemente desde el primer momento. Gracias a esta iniciativa, entre los acuerdos de la Cumbre Iberoamericana, se han recogido diferentes aportaciones para el futuro de nuestra ciudad que corresponderá al poder político y especialmente al Ayuntamiento, liderar para que se hagan realidad.
Es sumamente importante para este Ateneo la presentación del Manifiesto elaborado por un nutrido grupo de ateneístas y publicado en la prensa local donde hemos aportado nuestra visión del futuro de la ciudad y de la bahía. Ha sido una muestra de nuestra obligación moral con nuestro entorno.
El nuevo panorama y contexto socio-económico vuelve a sacudir gravemente las débiles estructuras de la ciudad. Y, como en ocasiones anteriores, los indicadores económicos se han desplomado con mayor violencia. En estas condiciones, todos los ciudadanos y sus instituciones se han visto afectadas. Y en este sentido, el Ateneo lo sufre también pero de una manera quizás diferente. En este curso 2011/2012, se celebraron las elecciones reglamentarias cuatrianuales. No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer a la anterior junta de gobierno la previsora austeridad y eliminación de costes no indispensables compatibilizada con la modernización en los medios de gestión y comunicación. Quiero incidir en este aspecto porque gracias a este esfuerzo nos está siendo posible continuar siendo la entidad cultural con mayor número de actividades y sin implicar un coste para las arcas públicas. Y, a diferencia de otras entidades, el Ateneo mantiene su ritmo comedido, una calidad excelente en sus actividades y con su aportación a la sociedad gaditana sin esperar nada a cambio. En momentos difíciles como este es cuando debemos ser conscientes de nuestras propias virtudes y mostrar que seguimos gozando de la generosidad y altruismo de muchos gaditanos que aportan su granito de arena en beneficio de la ciudad. Me voy a permitir, desde estas modestas líneas, homenajear y agradecer públicamente a todos los socios del Ateneo su entrega y generosidad. Como al resto de ciudadanos, les han afectado los recortes salariales, problemas laborales y subidas de impuestos, etc. pero han mantenido su fidelidad y compromisos con esta entidad que abre las puertas a todos los gaditanos en todos sus actos. Es el momento de recordar que cada socio aporta sus cuotas y su tiempo para que el resto de los ciudadanos puedan disfrutar de conferencias, tertulias, actos públicos, etc. y el número de socios sigue aumentando afortunadamente. Es evidente que el Ateneo prosigue una línea de actuación equilibrada y constante pero con pequeños avances cada año. La nueva junta directiva combina la experiencia de las anteriores con nuevas incorporaciones que contribuyen a renovar energía junto a la generosidad acostumbrada. No tengo palabras para agradecer a cada uno de los miembros de todas las juntas directivas del Ateneo y a los socios su amor por la entidad y su empeño en aportar su colaboración para que la ciudad siga disponiendo de esta referencia cultural donde tienen cabida todas las ideologías y creencias bajo la luz de la tolerancia y la pacífica convivencia. Y que este espíritu de convivencia nos lleva a tener para inaugurar el curso al Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, o a haber sabido premiar a la alcaldesa de Cádiz, Dña Teófila Martínez en el mismo año, o tener en nuestra tribuna al reconocido Doctor Concha para que nos hable sobre el Humanismo y el arte. Cada uno por sus méritos o sus cualidades o por ser necesario escucharles para entender sus propuestas. El Ateneo puede presumir de tener entre sus socios a todas las ideas y tendencias. Y eso es un valor muy estimable en una época poco dada a valorar la idea discrepante como una posibilidad de aprendizaje. Y en esa trayectoria sigue y seguirá el Ateneo: como la “casa de todos los gaditanos”. En muchas ocasiones, sería muy pedagógico y edificante para la ciudadanía (y para algunas instituciones) ver cómo se puede convivir en la discrepancia y cómo se pueden encontrar personas muy diferentes trabajando por un bien común. Así personas como Gema González Ferrera, Diego López Garrido, Jaime Rocha, Diego Jiménez, Ángel Núñez o Juan Carlos Campo, por citar sólo algunos, forman parte de los últimos ingresos en la Docta Institución. En resumen, ese puede ser el significado del Ateneo: el templo de Atenea, diosa de la sabiduría en la antigüedad y que hoy podríamos traducirlo como la casa de la sabiduría (por contener todos los conocimientos a través de sus socios).
Por otra parte, le ruego, al leer esta revista anual, que es una pequeña muestra de 9 meses de actividades (muchos días con varios actos simultáneos en sedes diferentes) gratuitamente organizadas por los socios del Ateneo y sus simpatizantes, que comprenda que se hacen para el desarrollo de la ciudad desde nuestra modesta aportación. Unos pueden aportar industria y nosotros aportamos cultura, debate e ideas. Fue y será nuestra misión. Porque no hay acto cultural o efeméride en la ciudad que no cuente con nuestro respaldo y nuestra propia programación sin coste alguno para la ciudad. En tiempos de crisis….es un valor añadido. Podrá encontrar artículos firmados por ateneístas de siempre de la talla de Vicente Mira, José Almenara, Juanita Sánchez Gey, Paloma Ruiz Vega, Jesús Maeso, José María Esteban o poemas de Juan de MENA o de María Hesle. etc.
Y no quiero dejar de agradecer a los patrocinadores de la Revista (Diputación, Zona Franca y Autoridad Portuaria ) y a nuestro tradicional patrocinador como es la Fundación Cruzcampo, que sigan apostando por la línea de trabajo del Ateneo. Sin ellos no sería posible este libro que hoy tiene en sus manos ni el Premio Gaditano de Ley.
Finalmente, me reservo una pequeña disquisición personal: no caigamos en el desánimo general. Las circunstancias son difíciles pero Cádiz siempre ha sido una ciudad sufrida pero valiente en la adversidad. Cuando tengo la oportunidad de leer actas de estos más de ciento cincuenta y cinco años de vida de la entidad, comprendo que las cosas nunca fueron fáciles. La historia de la ciudad se ha reflejado en la vida del propio Ateneo, como no podía ser de otra forma, y siempre han salido adelante. Afortunadamente, siempre quedan ciudadanos que llegado el momento en que todo parece perdido, agudizan el ingenio y aportan su talento para salir adelante. Esto mismo ocurre en el Ateneo. Puedo citar a varios socios que en un momento dado aportan esa visión diferente o esa idea aparentemente extraña donde radica una solución. Lo que es evidente, y eso lo sabemos todos por experiencia, es que nuestro futuro depende de nuestra propia capacidad, tesón y unión. La diferencia de opinión debe ser fructífera para caminar juntos por la vía del progreso. Cádiz siempre fue una ciudad ilustrada, acogedora, amable y resistente a los embates del tiempo. Estamos en una sociedad con muchas contradicciones. Expulsamos a lo mejor de nuestra juventud a la emigración y no pasa nada. Aunque hay un paro bestial, las previsiones dicen que los que trabajamos, debemos de hacerlo hasta cerca de los setenta años; Se combate el fraude fiscal amnistiando a muchos defraudares; Aunque el consumo se desploma, bajan los sueldos y se suben los impuestos; Se sube el IVA y el IRPF, pero las SICAV siguen intactas; Mientras que alrededor de unos 100.000 millones de euros de ¿españoles ? huyen fuera de nuestras fronteras y del control tributario, no pasa nada; Se recortan derechos en sanidad y educación, pero si hablas de sueldos políticos o de coches oficiales, te tachan de demagogia; Se ponen en la calle a miles de científicos y no pasa nada y mientras, algunos hasta se pelean por instalar en su territorio el modelo Euro Vegas. Vivir para ver.
Estamos nuevamente en una encrucijada en que tenemos que reinventarnos para salir adelante. Ahora no es el momento de la disputa si no de la unión y de dar todos lo mejor de nosotros mismos en pro del bien común. Es la hora del consenso, del diálogo sincero y de la unión sin fisuras contra las sombras que nos acechan. Cada uno desde su responsabilidad cívica debe aportar sus cualidades en beneficio de todos y en el de los que más están sufriendo. En ocasiones esto nos puede llevar a un trabajo silencioso; otras veces, a cubrir aquellas necesidades culturales que ya no se desarrollan con el despilfarro público; y, otras veces, a exigir la responsabilidad de los obligados a responder de la gestión común. Pero, en cualquier caso, es el momento de propiciar el buen ánimo y recuperar nuestras fortalezas. Toda crisis debe servir para crecer y mejorar. No queda otra opción más inteligente que esa: seguir adelante como siempre hemos hecho, sin olvidar la necesaria y obligatoria solidaridad con los que la necesitan.
Ignacio Moreno Aparicio
Presidente del Ateneo de Cádiz.