OTRA FISCALIDAD PARA LA CULTURA
Manifiesto de las Federaciones de Ateneos de Andalucía y Cataluña
para la revisión de la política fiscal de la Cultura
II Fórum Ateneos
(Ateneo de Mairena del Aljarafe, 12 de noviembre de 2016)
La influencia en la ciudadanía de la Cultura libre e independiente es quizá el mejor índice para medir la salud democrática de una sociedad. Fue determinante en los tiempos previos y posteriores a la transición, impregnando la política para conquistar nuestros derechos sociales y libertades. Sin duda, la Cultura vivió entonces uno de los momentos más memorables de nuestra historia reciente: proliferaron medios de comunicación y revistas de todas las tendencias, editoriales especializadas, películas de fondo, estrenos de obras de teatro y toda clase de manifestaciones artísticas y alternativas culturales que se expresaban a través de multitud de asociaciones… Existía una inquietud social y cultural generalizada entre la ciudadanía.
Casi cuatro décadas después, la crisis económica y este modelo globalizado de sociedad fundado en el vértigo y en la superficialidad, se han encargado de recortarnos aquellos derechos y libertades que conseguimos, afectando profundamente al papel que debe desempeñar la Cultura. Reconozcamos que la aparente bonanza económica de otras décadas permitió a las administraciones públicas ejercer de mecenas, pero también para monopolizar en gran medida la oferta cultural. Paradójicamente, no fue ése el mejor contexto para el ateneísmo que a pesar de todo siguió resistiendo como paradigma de la cultura libre e independiente. El actual marco político y económico está dejando a una gran cantidad de personas sin ilusión y sin fe en nuestras instituciones; la crisis se está llevando a nuestros hijos e hijas fuera de nuestras fronteras porque el futuro es incierto; y la involución democrática y cultural es manifiesta y evidente. Una situación que no es achacable a una determinada opción política: todas, en mayor en menor medida, han tenido su responsabilidad en el desarme cultural y en la desmovilización de la ciudadanía como agentes y sujetos activos. La economía es lo que prima, sus poderes imponen gobiernos y los debates sobre el “estado” de la Cultura han sido relegados e incluso olvidados.
La Cultura ha dejado así de ser un tema esencial y básico para la sociedad en general y para las instituciones y el Estado en particular. Eso explica por qué la sociedad asistió casi impasible ante atropellos tales como la subida del IVA a la industria cultural, considerándola como una actividad económica más sin ninguna consideración de servicio público esencial. Siendo parte del problema, sin embargo, creemos que son muchos más los factores que inciden negativamente en nuestro modelo fiscal sobre la Cultura. Y en nuestra condición responsable como agentes culturales no podemos quedarnos en la mera crítica a las cifras, tan importantes como mezquinas: debemos aportar soluciones coherentes con los tiempos que vivimos y compartirlas con la sociedad y nuestros gobernantes. Coincidimos con Emilio Lledó en que “un pueblo inculto sólo genera miseria”. Y por eso entendemos que cualquier decisión política y económica que afecte a la ciudadanía y a los agentes culturales debe partir de la consideración de la defensa de la Cultura como bien social, fuente de riqueza y de pieza clave en la construcción democrática.
De ahí que hoy reivindiquemos una nueva fiscalidad para la Cultura y nos ofrezcamos a las administraciones y a la sociedad en general para proponer medidas concretas, que garanticen el acceso a la Cultura como servicio público esencial y como sector estratégico de nuestra economía, reduciendo al mínimo la carga impositiva, adaptando la tributación en la medida de lo posible a la duración de los procesos creativos, favoreciendo la actividad de las entidades sin ánimo de lucro y la reducción fiscal de las inversiones en Cultura, o terminado con el contrasentido de que los creadores culturales deban dejar de serlo al jubilarse o renunciar a su pensión.
Es tiempo de la sociedad civil. Es tiempo de ateneos. Porque desde nuestra heterogeneidad, nos une el respeto a la diferencia y una sola causa: la defensa de la cultura en libertad y desde la independencia como motor de la sociedad democrática. Y este Fórum que celebramos es una prueba manifiesta de ello. Los ateneos no debemos conformarnos con ser meras organizaciones productoras de actividades culturales, sino que volviendo al espíritu que nos hicieron nacer allá por el siglo XIX, estamos obligados a ir mucho más allá, y no olvidar nunca que lo importante es fomentar el espíritu crítico –lo que los primeros ateneos llamaban el librepensamiento-, la mejor herramienta que nos puede proteger contra la manipulación de los poderes de toda índole, ejerciendo humildemente como referentes de honestidad y ética. Contemplamos con esperanza cómo la sociedad civil comienza a organizarse y vuelve a retomar la iniciativa planteando qué tipo de sociedad quiere y, es aquí donde los ateneos tenemos que abrirnos, no para que la ciudadanía venga a nosotros, sino para ofrecer nuestra organización como herramienta transformadora de nuestra sociedad y volver a poner en valor la CULTURA con mayúsculas.
Mairena del Aljarafe, 12 de Noviembre de 2016
Esta propuesta de manifiesto ha sido redactada colectivamente a iniciativa de la Federación Ateneos de Andalucía a partir del borrador del Ateneo de Granada, las aportaciones de la Federació Ateneus de Catalunya, las consideraciones técnicas del Tesorero de la Federación Ateneos de Andalucía y la Junta Directiva del Ateneo de Chiclana de la Frontera, y el texto “Y la Cultura… ¿Para cuándo?” de miembros del Ateneo de Jerez de la Frontera publicado en el portal “Amigos de los Ateneos”.