GADITANO DE LEY: DON LUIS CASTRO ARTEAGA
Buenas tardes: Con la Venia Sr. Rector. Excmas e Iltmas Autoridades.
Querido Padre Luis y Miembros de la Comunidad Marianista.
Iltmo. Sr. Presidente de la Fundación Heineken – Cruzcampo.
Sras y Sres Ateneistas, amigos todos.
Un año más, deseo iniciar mis palabras agradeciendo al Sr. Decano de la Facultad de Medicina, su colaboración al cedernos este magnífico Salón de Grados para celebrar la IX entrega del Premio Gaditano de Ley que tan generosamente patrocina la Fundación Heineken – Cruzcampo en la persona de su Presidente D. Julio Cuesta.
Las 8 anteriores ediciones, recayeron respectivamente en D. Federico Linares Castrillón, Notario de Cádiz y animador de Centros Juveniles para jóvenes con problemas; en el Rvdo. Padre D. Alfonso Castro, luchador infatigable a favor de los más desfavorecidos; en el médico gaditano, D. Antonio Vergara de campos, impulsor del Proyecto Gerasa; en D. Rafael Barra Sanz, Presidente de la Autoridad Portuaria, por su decidida apuesta por el futuro competitivo y emprendedor de los puertos. El siguiente recayó en Cáritas Diocesanas de Cádiz por su magnífica labor solidaria sobre la ciudadanía, habiéndosele concedido posteriormente a los Caballeros Hospitalarios, en la persona de su Presidente, D. Francisco José Súnico Varela. El VII Premio se concedió al Rvdo. E Iltmo. Sr. Obispo de Cádiz y Ceuta, Don Antonio Ceballos Atienza y el año pasado recayó en la persona de Dª Teófila Martínez Saiz, a la sazón, Alcaldesa de Cádiz.
Este año el Jurado encontró el camino del consenso con bastante rapidez. Desde que se puso en la mesa el nombre del Padre D. Luis Castro, prácticamente todos los miembros admitieron una serie de valores muy positivos en su defensa.
Siempre a través de nuestros 155 años de historia, seguimos realizando un trabajo cultural por y para la sociedad, y nos sentimos orgullosos por eso. Intentamos practicar la tolerancia y el respeto hacia los demás como lo entendía Jovellanos o Maura, “La tolerancia significa enterarse cada cual de que tiene frente a si a alguién que es un hermano suyo, quien con el mismo derecho que él, opina lo contrario y concibe de diferente manera la felicidad pública y personal”
Ser Presidente del Ateneo, supone un alto honor. Una de las cuestiones que conlleva ejercer de tal, es el presidir también los jurados de los diferentes Premios y Galardones que concedemos a aquellos conciudadanos que se han destacado por su bonhomía y por beneficiar a la ciudad.
Los que hemos tenido el privilegio y la satisfacción de conocer al Padre Luis, somos conscientes de su doble partida afectiva. La oficial, donostiarra y la adoptiva gaditana.
También conocemos el importante número de incondicionales que la figura del Padre Luis arrastra en Cádiz, desde varios miles de antiguos alumnos, a padres o feligreses, existe unanimidad en destacar su inmensa labor pastoral y pedagógica
Tras un donostiarra militante, orgulloso de sus raíces, de su txapela y de la Real Sociedad, se descubre un enamorado gaditano, de su tierra y de sus costumbres y tradiciones ( …. Como la de sufrir permanentemente por el Cádiz C. F, cuestión que se le puede preguntar a su discípulo D. Carlos Aranda que lo vive cada domingo en el Carranza ).
Bajo el personaje “El Padre Luis” cuya leyenda urbana no se ha terminado de escribir respecto en qué momento su compañero de comunidad pasó a llamarse “Padre Feliciano” y a usted le bautizaron “Cura Luis”, subyace una persona profundamente reflexiva, discreta, comprometida y con un sentido de la realidad que ha mostrado a muchas generaciones de gaditanos un sentido ético y de racionalidad militante muy coherente con los postulados de una Iglesia progresista y cercana a la realidad de la calle. Todos coinciden en su doble personalidad sabiamente administrada: los que le conocen en su labor pedagógica para lo cual despliega toda su capacidad para lograr el objetivo de dar una referencia y educación en valores a muchos miles de gaditanos que han pasado por sus aulas y la personalidad del Padre Luis Castro, ese sacerdote que no dudaba en hablar en conciencia sobre las cuestiones más controvertidas y espinosas que infinidad de jóvenes y sus familias le han presentado en multitud de ocasiones.
Es evidente que es fruto de una formación y vivencia en la Comunidad Marianista, tan asentada y querida en Cádiz como necesaria en una época en que la sociedad sigue necesitando más que nunca valores, compromisos, valentía y mucha verdad de corazón. Es indudable que la huella más que centenaria de los marianistas en Cádiz es inseparable a ese espíritu humanista, tolerante, abierto y reflexivo en sus propias dudas que caracteriza a la ciudad. Desde aquella primera llamada, a finales del siglo XIX, para hacerse cargo del Colegio San Felipe Neri hasta hoy, la ciudad debe mucho a su comunidad. Es evidente que los marianistas han contribuido a formar a muchos de los gaditanos y que, posteriormente, han puesto en práctica esa forma de ser y de sentir la realidad más allá de la cuestión religiosa. La lista de marianistas que dejan huella en la ciudad es de un altísimo nivel y contenido, bien en su faceta espiritual o bien en su faceta humanista: Desde el primitivo Centro que fue regido por personalidades de la talla de un Alberto Lista, Antonio Alcalá Galiano o José Joaquín de Mora en el siglo XIX, para pasar en el XX a los Miguel Sánchez Vega, Ciriaco Alzola, Vicente Uralde, Javier Anso (Drago de Oro), Feliciano Ruiz, Fernando Ruiz, los Hermanos Suárez, etc., etc…por citar solamente los más conocidos y recientes. Y alumnos como Emilio Castelar, José Maria Pemán, José Pedro Pérez LLorca o el anterior Alcalde Carlos Diaz, por sólo citar a algunos Y es evidente que la lista de antiguos alumnos que han prestado grandes servicios a la ciudad es inmensa…Y no puede ser por casualidad. Dudo que vuestro fundador, Guillermo José de Chaminade, allá en Burdeos pudiese intuir que una congregación religiosa sin grandes ambiciones de élites o de poder haya llegado hasta este rincón del mundo y sea una parte inseparable de su patrimonio humano. Vuestro estilo de vida y de concebir el compromiso con la realidad social del presente os ha situado en la misma realidad de las familias para comprenderlas y apoyarlas. Tarea que no es solamente cumplir una misión natural si no hacerla con dedicación y compromiso más allá de lo que se pueda esperar como normal.
Como sabe mi admirado Padre Luis, nos gusta llamar al Ateneo la “casa de todos los gaditanos” porque alberga a todos sin distinción de creencias, ideologías o tendencias y por ello, sabemos reconocer las buenas obras y trayectorias en beneficio de la ciudad vengan de donde vengan. Hoy queremos homenajearle, en contra de su opinión de no querer este tipo de actos mientras viva, porque precisamente somos una entidad libre e independiente hasta de las propias opiniones y reservas del homenajeado. Es más, estuvimos encantado de que llegara luciendo su txapela el día de su ingreso en el Ateneo con la magnífica conferencia “¿Está Dios en el dolor humano?” que tan grato recuerdo y reflexiones dejó entre los asistentes y los que han tenido el gusto de leerla en nuestra revista anual.
Cuando una generación tras otra coincide en ponderar y valorar sus actos, no puede ser casualidad. Y es más, tras esa actitud pedagógica del Padre Luis, se desgranan multitud de pequeños detalles silenciosos o solamente conocidos por los más cercanos o los que acudieron a el. Yo no he tenido la suerte de ser su alumno, (mis hijos si), según me comentan algunos antiguos discípulos, preparando estas líneas, me han destacado esos pequeños detalles y su ayuda siempre generosa y sin límite de tiempo. En estos días he recogido alguna de esas perlas de cariño. Cuando he pedido que destaquen una faceta, no ha podido haber unanimidad porque unos se inclinaban por su labor como sacerdote, otros como pedagogo, otros como amigo, como compañero en el dolor, como Superior cuando le ha correspondido en su comunidad, como cadista permanente, como referencia para la difícil etapa adolescente y juvenil, como predicador, como hombre de grande ideas, como prudente consiliario de hermandades, como apasionado futbolero que creó un Trofeo que es un acontecimiento que a tantos jóvenes les enseñó el espíritu deportivo, como donostiarra feliz, como profesor de filosofía o como aquel profesor de religión que diferenciaba entre la opinión oficial y la que intuía como la que respondía a necesidades reales, como fumador, como organizador, como el volcán explosivo que se enfadaba de milenio en milenio, como el paciente pastor de jóvenes confusos y despistados, como guía de vocaciones (anteponiendo el bien del postulante antes que el interés de la Iglesia), como animador o conversador….hasta como narrador…. Todas esas facetas y aún más le han definido.
En una sociedad donde no hay trabajo para muchos millones de españoles, pero los que trabajamos deberemos de hacerlo hasta casi los 70 años; donde las subidas de impuestos, corrupción y falta de calidad humana en los que anteponen el capital al valor de las personas que sufren, en una sociedad que ha cambiado el valor de las creencias religiosas por la falsa idea de un mundo en que la ética teórica es todo, queremos destacar la figura de una persona que contiene un conjunto de cualidades y una biografía que ha beneficiado a toda la ciudad. Con esta entrega, el Ateneo ha concedido curiosamente a lo largo de su historia a dos sacerdotes de apellido Castro el Premio Gaditano de Ley. En su momento, al Padre Alfonso Castro y hoy al Padre Luis Castro. El Jurado del Ateneo de Cádiz, integrado por diferentes personalidades ha considerado que el Padre Luis Castro es un dignísimo merecedor de este galardón., esperando que no se moleste por tenerlo como una referencia para nuestra juventud, reconociendo que es una parte de Cádiz que todos apreciamos y sabemos querer. Enhorabuena, querido Padre Luis.
Para terminar, les doy las gracias por su asistencia, felicito a nuestro patrocinador, la Fundación Heineken – Cruzcampo, en la persona de su Presidente, D. Julio Cuesta, al que le agradezco profundamente en nombre del Ateneo su amable generosidad al colaborar desinteresadamente para hacer realidad la concesión de este premio, a los miembros del Jurado por su colaboración y a D. Miguel Villanueva Iradi, miembro de la Junta Directiva del Ateneo que fue el promotor de la idea de la creación de este premio y que colabora para hacerlo realidad año tras año.
Damos también las gracias al ateneista y maestro D. Luis Gonzalo González, autor del original Diploma que entregamos y al también ateneista y maestro D. Manuel Virella Peñate, autor de la magnífica escultura en bronce y que representa a un Hércules saliendo de las aguas de La Caleta.
A continuación brindaremos con una cerveza Cruzcampo, por si no lo saben, la mejor cerveza del mundo. A la salud del Padre Luis y del Padre Feliciano.
Muchas gracias a todos por su presencia y con la Venia del Sr. Rector, se levanta la sesión, buenas noches.
Ignacio Moreno Aparicio
Presidente del Ateneo
Cádiz, 24 de Mayo de 2013.